Vivo hoy suave, en el mismo sentido de la vida, con tacto y tiempo especulando sobre la instintiva armonía. Observo sin distinguir bien, las intenciones, las obras. Exhibo en mis manos un cristal inédito, una verdad maltratada, distorsionada y olvidada, arrugada y oculta tras una pared de futuro lento, de historias de nada. Son creencias de artista me han dicho.

Hay quien se vuelve desconsolado por tanto material poco claro, es costumbre insaciable explicarlo todo. Tengo cuidado de no soñar con murmullos, de no moralizar silabas útiles, no tomarlas por sorpresa, ni arrojarlas con deseo a verbos intactos. Somos frágiles, nos profanamos públicamente, documentando nuestra esperanza con imparcial tensión.

Una eternidad delira sobre sombras de silencio inventadas, sobre relatos orales de sed vital, de intimas conversaciones impenetrables, no dichas, que a propios avergüenzan. La solución es vivir ahora, invitando a acostumbrarse, a admirar la belleza en cualquier pensamiento, en escenas y en silencios. Abrir la cortina de los espejos, dejar abiertos cajones y permitir que se palpen los textos que ya no nos pertenecen.

Te invito a vivir suave, a visitar otros cosmos con los precipicios de la mente, a de los escritos hacer vértigos, a afrontar el tiempo hasta que termine la noche o hasta que te permitas darle vida a tus sueños. Hazlo, sabrás que se siente ser Creador.