Engaño IV
Es en este momento donde las palabras ya no son exactas pues lo que sigue no obedece un orden ni una continuidad, tratando de explicarlo me pierdo y lo más cercano que puede haber es un remolino de imágenes sin principio ni fin, todas a la vez y en ningún punto, ocupando el espacio de otras, encima, en medio, abajo, tres a la vez en un mismo lugar y aun puedes ver la mitad de una cuarta detrás de ellas sin ocultarle... miedo, razón, odio, una gran caída en medio de una profunda oscuridad, un vértigo inaudito que separa tu cuerpo, te alarga y coloca el estomago donde un día estuvieron tus piernas, y estas se estiran y estiran y salen fuera de ti y vuelves, te detienes y giras, un cielo estrellado, pero solo un momento, una gran luz, un instante; grandes chorros, luminosidad de arriba abajo, en vertical de un lado a otro, un respiro, una queja, arriba, arriba con velocidad pasmosa, mas arriba, mas y mas arriba, una lluvia de dolores, calambres y nauseas; ahora abajo, abajo, te detienes en seco y bruscamente; todo se cierra, se cierra lentamente y te aplasta, a la vez todo el cielo se cae estrepitosamente y tratas de detenerlo soplando, una nube te empapa y el sol te quema, un suspiro... calma, silencio, suavemente entras en un letargo, el calor te adormece poco a poco, tus miembros no responden y te hundes lentamente, muy lentamente; tus ojos no pueden mantenerse abiertos, te pesan demasiado los párpados, muy agotador, lento, soporífero, pierdes la conciencia y te hundes muy despacio, mucho muy despacio y por fin en la nada...