Encontré quien dice saber e interpretar  las tonalidades que a cada día adviene. Yo, por mi parte, no soy diestro coloreando las mañanas, mucho menos restándole contraste a los atardeceres, soy sincero. Transigí con él de cierta manera, no deseando convertirme por ello en una clase de adivino.

A la fecha, no le he vuelto a ver, creo que él tampoco lo ha hecho nunca...