Mi vida
Brazos fuertes que cargan con delicadeza la briosa necesidad de no sentirse solo. Posa junto a la vida, una cansada carente de energía, otra vigorosa de rebosante actividad. Las dos unidas completan el arma letal que mueve el mecanismo vital.
Grito alegre
Un grito en mitad de la noche rara vez te sume en una inmensa alegría. Dada la numerosa naturaleza de estos, me he dispuesto a iniciar un catálogo que como bien sé, no me será posible llevar a buen fin si no cuento con material de excelsa calidad. Me dispongo a hacer acopio.
Mostrar - Ocultar
La medida ha cambiado en el transcurso de la noche, en apariencia tenía programado ese cambio desde mucho tiempo atrás, no me lo dijo, lo supongo por la curvatura de sus comisuras cuando voltea a mirar de reojo. Supe que la idea surgió mientras las horas de sueño se abrazan y comparten su silencio. Hace tiempo que se mantenía a una constante altura, creí en un principio que lo hacía para mostrarse como ente omnipotente, dándome cuenta después que sus intenciones eran ocultarse manteniéndose a la vista de todos, envolviendo la delicadeza que poco a poco se le escapa.
Del amor...
El amor toma baños con agua caliente, me ha quedado claro que la frialdad solo es aconsejable cuando la soledad se ha instalado al lado. Si se desea conservar calor se deben colocar los codos pegados al cuerpo... hay quien pega su cuerpo a los codos, pero no obtiene paga adecuada, esa es otra historia...
El amor empapa sin distinción; fluye siempre, invariablemente de la cabeza a los pies, ya que el amor es descendiente directo del cielo; y de la tierra solo se elevan plegarias.
Del amor penden hijastros colgados, caricias y algún delicado susurro que se enfría solo si llega al oído.
Del amor se han dicho mil cosas, pero nadie jamás ha comentado que la mejor manera de mantenerlo alegre es hacerlo enojar a menudo.
Conciencia
Treinta días, no creo que sean más. La conciencia tocó temprano, hay ocasiones que no se aparece en meses, inmediatamente me fui a su lado, no suelo meditar bastante las cosas, mucho menos sus consecuencias.
El adventista
Encontré quien dice saber e interpretar las tonalidades que a cada día adviene. Yo, por mi parte, no soy diestro coloreando las mañanas, mucho menos restándole contraste a los atardeceres, soy sincero. Transigí con él de cierta manera, no deseando convertirme por ello en una clase de adivino.
A la fecha, no le he vuelto a ver, creo que él tampoco lo ha hecho nunca...
La aureola del Ángel
Hoy afirmo, con absoluta certeza y seriedad.
"Hay almas que abarcan dos cuerpos".
Puede haber cuerpos que se fundan en una sola alma o cuerpos que abarcan dos fundas, eso está muy tratado y estudiado...
Hay otros que afirman que nadie, nadie escoña la fórmula explosiva que a cada cual acompaña su mente, que quien busca en el miedo respuesta, no entiende la causa que encubre el no ser causante.
Yo me limito...
...a mitad de la enigmática noche, mientras se acompaña de nada el olvido; un mandoble de químico origen, desata el ínfimo caos con cargas endebles de lúcido espasmo.
¡Di, ¿qué masa compone esos sueños?!
¡No calles!, no encubras el vago resuello de la calma que agita violenta sus manos.
Mi vida, comprende que tu aureola ha crecido un poco este día.
Como el que nada sabe
Solo había una forma de celebrarlo, muy al estilo de los clásicos fines de semana, volando las botas hasta el alféizar del vecino. Con tres jugadores, la mesa de billar era el recinto perfecto para iniciar un debate práctico: la inutilidad de la madera, alcohol y penas para concebir un juego asesino de tiempo. Papel en taco, acero en puntas, mantequilla en mangos; asir, golpear y balancear ha sido práctico solo cuando de juego no se trata.