Sesteo
Me he dormido o quizás he despertado, ¡no lo se! Pero lo he visto. Ha sido en el lugar que he creado para cuanto soñador pueda apreciarle. Es vasto y lleno de olvidadas antigüedades, hay constelaciones de estrellas representadas fielmente entre nichos de mármol. En los recovecos figuran luceros de precioso metal, sus nombres propios comparecen al pie de cada cual. Son emblema palpable, lo gritan o susurran, de acuerdo al caso, solo requieren que se dignen reconocerles… ¡no estamos solos! es la sentencia.
Que bello ha sido encontrar a alguien peleando de nuestro lado. Hombro con hombro, nos acompañan en nuestra lucha las almas más atormentadas buscadoras de la verdad, además de espíritus y esencias adoradoras de la mentira. Hay cabida para mortales arrepentidos, ángeles caídos o santos elevados, no hay discriminación alguna.
En el cuarto de maquinas que gobierna el cielo y la tierra. Es allí donde hemos transportado nuestro cuartel, nuestra amurallada guarida. Se nos ha negado el pensar del enemigo, porque de ser así tomaríamos su lugar… comenzará la revolución de los altos. Sueños placenteros y pesadillas de realidad cotidiana, soldados ávidos de derrota, caídos varios en el intento. Algunos conocerán la fuerza, motor divino. Llegará a oídos del viento la verdad que nos mueve y el la llevará a las mentes ansiosas de conocer la certeza más profunda que dará paso a la libertad, el brillo que acompaña el sol y las hojas que lleva consigo el mismo viento.
Maestría
No es la primera vez que le veo, pero si ha sido el génesis escucharle. Con ella ha aparecido tomándole de la mano una soledad que no conocía, es muy diferente, más sabia, más original… sentí envidia, ya que al hablarle no me reconoció y me dio la espalda, ¡creo que la soledad también tiene orgullo propio!
Le vi alzarse y remontar el cielo azul hasta perderse en el mas brillante sol que hasta ahora no he vuelto a ver. Ha sido la libertad quien me dio el poder para volverme e ir en busca de una primer sonrisa, ella se escondía tras de las mas perfumadas figuras que le rehusaban con la espada de la preocupación tan reluciente que parecía haber sido pulida por noches enteras, presta para utilizarla al menor espacio para adormecer los sanos pensamientos. Después apareció llena de la más inocente belleza en el más contrastante ser se pudiese imaginar ¡es verdad, se encierra en los mas duros frutos que da la madre tierra! Y me di cuenta que nadie recibe maestría por sonreír ¡qué pena!
¡Feliz cumpleaños maestra! Usted sabrá identificarse.
Breve sueño
Después un breve sueño... hay tantos sueños que esperan ser realizados y he ayudado a llevar a cabo uno con decisión, las decisiones son demasiado importantes para librarlas y dejárselas al azar, por ello me ocupe de esta en particular.
Descanso, pero solo un momento, pues la seguridad me acompaña y con esta vendrá de nuevo la actividad, solo me resta esperarle, tengo la certeza que no será demasiado ya que no he dejado nada en el camino y si la fortuna le sonríe a alguien, es a mí. Hay sombras que se acercan, merodean y se detienen, pero no me atormentan pues solo buscan lugares de indecisión y zozobra que yo no albergo. Cada hora que pasa estoy más seguro, con mas confianza ¿qué resta hacer cuando las cosas te van bien y de maravilla? He alzado oídos que no entienden y hecho sonreír labios que no doblegan sus comisuras, es vasto el territorio que he sembrado y con seguridad dentro de mis pertenencias le segaré a su debido tiempo.
Breve sueño II
En la calle, la casa, en el templo, con mis amigos, con los amigos de mis familiares; la risa, el llanto, el dolor, la calma, el deber; el movimiento, el descanso, la paz, la conciencia; mis manos, mi vista, mi interés, mis deberes; todo al mismo tiempo. Aprendido, por herencia, empírico; sea como fuere, ahora es tuyo y parte a la vez de ti. Algunos te fueron dados sin ser pedidos, los que haz querido o necesitado te acompañan por tu propia decisión. Después sobreviene la impotencia, el enojo, la indecisión; y te abrazan y no te dejan ser como quisiste ser en algún momento ¡Hay tantas cocas que te estorban! Y aun así las necesitas. ¡Realmente somos tan adoradores de Sade!
Con las preocupaciones de mayor envergadura a mi lado, camino deseando vencerles y a la vez que jamás me abandonen.
En lo mas alto del cielo sabes se encuentra ese ser que te cuida, sabe leerte y no le engañas, ¡eres tu mismo! la parte que té falta y que volverás a ella en el momento oportuno.
La lucha por un ideal... mi sueño... mi premio.
El tercer listón
Y me retengo completo en mí, no doy pauta, no me permito salir. Hay tormentas y truenos sosegados, sumisos, esperando volcar el color mancillo a exaltados grises. El sonido se desprende liviano sin mirar su origen y desconocer su destino, muere sin saber que vivirá solo instantes en que sea (tal vez) recordado.
Pesadas gotas se unen al calor que despierto, envuelven de aroma el camino que anda, corre y se detiene a cada momento. Yo me encuentro dentro de él, las imágenes pasan veloces al lado. Tembloroso, deseaba no encontrarme en lugares que ocupo, la vida se escapa sin pedir permiso o importarle acaso si se tiene conciencia de ella, es aquella ventana despreocupada con actores natos, faltos de carrera en su haber y expertos en escenas de desgracias y alegrías… Como ellos, en veces desciende el sol hasta el horizonte, sin tener espectadores que le admiren cuando no daña los ojos.
Convicción
Nunca esperé que la vida fuese justa. Había escuchado de noches largas, pero aun así, también terminarían. Aunque con ellas, de cierta manera, se irían algunas de mis estrellas más brillantes, prestando su bello brillo al día que se avecina. Me preguntaba, pues siempre lo hacía, si la aventura que ahora tomaría llegaría a tener por lo menos un fin correcto o sería otra de mis malas experiencias. De algún modo no temía, ya que para bien o mal, conocería nuevas actitudes en nuevas personas y eso me confortaba. Extrañaba lo que hacía, así que volvería a hacerlo; mientras este viva me sentiría viva, también mis amigos me decían que si no podía correr, caminara; pero nunca, ¡jamás me detuviera! Lo importante no cambia y con fuerza y convicción llevaría lo que más quería a hacérselo necesario a otras personas.